El mundo está cambiando muy rápido. Ya no será el grande quien golpee al pequeño. Será el rápido quien golpeará al lento. Rupert Murdoch
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Hace diecinueve años yo mismo llevaba por las tardes los paquetes de Amazon a la oficina de correos en mi Chevy Blazer. Mi visión no llegaba más allá de pensar que quizá un día conseguiríamos comprar una carretilla elevadora. Hoy tenemos 96 centros de preparación de envíos, y vamos por la 7ª generación de diseño.
Mientras que la estrategia es abstracta y está basada en objetivos a largo plazo, las tácticas son concretas y consisten en seleccionar el movimiento adecuado para cada momento. Las tácticas deben tener en cuenta las condiciones y basarse en la oportunidad.
Garry Kaspárov
A quienes haya podido ofender, solo quiero decirles que he reinventado los coches eléctricos y estoy enviando a personas a Marte en una nave espacial. ¿Creían que también iba a ser un tipo tranquilo y normal?
¿Le resulta familiar? De hecho, los paralelismos entre la difícil situación de la industria relojera suiza y la crisis de la industria del automóvil estadounidense son realmente impresionantes, excepto por el final de cada historia. Tras la segunda guerra mundial, los suizos fabricaban en el 80 % de los relojes de todo el mundo; en 1970, con el incremento de la competencia internacional, su cuota del mercado global de relojes era de un 42 %, y en 1983, justo antes de que Hayek tomará las riendas de la situación, la industria relojera suiza estaba en las últimas. SMH (el equivalente en el sector de los relojes a General Motors y Ford) tenía unas ventas de mil millones de dólares, unas pérdidas de 124 millones de dólares y una fuerza laboral nerviosa de 15.000 personas. Pero entonces empezó la recuperación. Diez años después, SMH había renacido de sus cenizas, alcanzando unas ventas de 2000 millones de dólares y unos beneficios de 286 millones de dólares; a además tenía a Swatch, la nueva marca líder de ventas de la historia. En 2008, la empresa se erigía en el gigante indiscutible de la industria relojera, el fabricante de relojes más importante del planeta, con diecinueve marcas, 26.000 empleados y más de 720 millones de dólares de beneficio. El propio Hayek se había convertido en uno de los hombres más ricos de uno de los países más ricos del mundo.
Nuestras ventas son de 5000 millones de dólares. Tenemos 500 tiendas en todo el mundo, incluida una tienda Swatch en Time Square y una Omega en la Quinta Avenida. Con Breguet, tenemos la marca de relojes más lujosa de la historia. Enviamos un ejemplar a estados unidos a un precio de 700.000,00 $ y lo vendimos al cabo de una semana, ¡en plena recesión! El reloj de importación más vendido en china es el Omega, el número dos es Longines, y el tercero, Rado: todas marcas muestras.
La caída y la recuperación de Omega es un ejemplo muy claro. Cuando Hayek tomó las riendas de la empresa, la marca Omega estaba, según sus propias palabras, a punto de caer en el olvido. Durante años, los líderes de la unidad se habían mostrado impacientes por crecer e inseguros sobre cómo responder a la competencia internacional. Así que orientaron a la marca en múltiples direcciones. Hayek lo que explicaba de este modo: cuando un joyero dice: un Omega es maravilloso, pero demasiado caro para mis clientes. ¿Qué tal si me ofrecéis Omega más barato? Si estás loco, o si eres muy ambicioso, accedes. Ese fue el beso de la muerte. Omega tenía de todo: precios altos, los precios medios, relojes de metales preciosos y relojes chapados en oro. Había 2.000 modelos diferentes. Nadie sabía qué tipo de marca era Omega realmente.
Algunos de sus banqueros instaron a Hayek a vender Omega a uno de sus competidores japoneses, que le pagarían muy bien por ella. Algunos de sus ejecutivos le pidieron que orientará la marca hacia un mercado más popular y que aprovechará su prestigio para competir directamente con Citizen y Seiko. Hayek no escuchó a ninguno de ellos. ¡Es absurdo!- gritó-. Omega es una de las mejores marcas de relojes suizos. Su historia se remonta a 1848. Tendrían que visitar los museos de relojes y echar un vistazo a los ejemplares que Omega fabricó hace 50 o 100 años. Son maravillosos. Pocas marcas han tendido o tienen el potencial de Omega.
De forma que ideó una estrategia consistente en recordar a los banqueros, ejecutivos, empleados y clientes de Omega lo que había hecho que la marca fuera tan especial durante tantos años y trazar un plan de juego ultramoderno en torno a estas cualidades duraderas. Redujo el número de modelos a 130, líquidó todos los contratos de licencia, eliminó los diseños llamativos que transmitián más complacencia que éxito y, gracias a estas y otras medidas, consiguió que la marca volviera a sus raíces. Hubo lanzamientos de productos, campañas de marketing y mejoras de producción. Con todas esas innovaciones recientes pretendían volver a conectar con un pasado glorioso. ¿El resultado? En 2008, Omega generó unas ventas de más de 1 millardo de dólares y unos beneficios de cientos de millones de dólares. En pocas palabras, Omega es una de las marcas de relojes más valiosos del mundo.
El entrenador debe añadir presión a sus jugadores. De nada sirve entrenar con un triciclo si vas a competir con una bicicleta.
Del libro: Decisiones vitales
En cualquier momento dado, la mayoría de las cosas están inmóviles. Sujetas a su sitio por un equilibrio de poderes entre las fuerzas que promueven el cambio y las que se oponen a él. El cambio se produce cuando las fuerzas opuestas a él se debilitan, o las que lo promueven se fortalecen. Dependiendo de lo rápidamente que estas fuerzas disminuyan o aumenten, el cambio será lento y gradual, o revolucionario.
Las empresas gastan miles de millones en investigación y desarrollo, sólo para encontrarse con que los nuevos productos rompedores surgen por casualidad. Citando al novelista Samuel Butler: Todas las invenciones que contiene el mundo no fueron descubiertas por la razón ni por el cerebro, pero pasan por ser de aquellos que tuvieron la fortuna de dar con ellas por error o por descuido.
Raras veces el origen de las ideas proviene de planes y procedimientos; es mas fácil que provengan de errores, pronósticos equivocados y una experimentación que no ha dado en el blanco.
Dirigir un negocio día a día es una cuestión de claridad. Saber qué es necesario hacer, quien tiene que hacerlo, cuando y donde.
El profesor Don Sull, de la London Business School, ha llevado un paso mas lejos esta idea de las compañías solidificadas y ha acuñado la frase “inercia activa” para describir por qué algunas no consiguen adaptarse al cambio de condiciones y mueren. “La inercia activa es la condición de hacer lo que siempre has hecho, y hacerlo bien, pero sigues recto en una curva de la carretera. No es lo que haces lo que te causa problemas; es seguir haciendo lo que siempre has hecho”.
Vi lo tres grupos en acción en una reciente conferencia en la que utilizaron balones de Pilates, en lugar de sillas, para sentarse. Algunas personas entraron en la sala y se lanzaron de inmediato a hacerse con un balón y empezar a botar. Eran los que amaban los cambios, los que medran ante lo inesperado. Sin importar qué nuevas ideas tengan delante, su reacción siempre será un entusiasta “¡Sí, a por ello!! Un segundo grupo entró y se quedó mirando las pelotas con incomprensión, incluso enfado. Eran los que detestan el cambio. Cruzaron a toda prisa la sala y se sentaron en la única fila de sillas disponibles al fondo. No importa lo buena que sea la idea, los que detestan los cambios nunca se adaptarán a ella.
No obstante, la absoluta mayoría de los presentes en aquel acontecimiento se pueden clasificar como reacios al cambio. Entraron, se cruzaron de brazos y esperaron. Parecían interesados en sentarse en una pelota de Pilates, pero no querían ser los primeros en ocupar una. Así, que se quedaron allí, sin hacer nada. No obstante, cuando una masa critica de amantes de los cambios habían tomado asiento, los reacios al cambio no pudieron esperar mas para hacerse con una pelota y unirse a ellos, pero necesitaron que el primer grupo les mostrara el camino. Este patrón se repite en las empresa y en los mercados cada día. Un puñado de personas explota los cambios y las oportunidades inesperadas temprano, sólo para ser seguido por la mayoría reacia, mientras que los que detestan el cambio se plantan firmemente en banda, declarando su desconfianza.
¿Cómo nos preparamos y preparamos a nuestra organización para algo que ni siquiera podemos imaginar? La respuesta es que construimos una cultura adaptada a la incertidumbre. Sea lo que sea lo que cause la próxima crisis, será diferente, así que necesitamos algo que pueda adaptarse a lo inesperado.
Del libro cuando menos te lo esperas de Magnus Lindkvist
Sobre la reflexión: la práctica de una tranquila contemplación enriquecerá tus opiniones y te permitirá empezar a entender no sólo que ocurre en tus oficinas sino también porque está ocurriendo. Comprenderás mejor cuáles son las consecuencias de cada una de tus decisiones, y por lo tanto, mejorarás tu capacidad de tomar decisiones. Básicamente, reflexionar periódicamente te enseña a vivir. Todos los grandes progresos de la humanidad, ya sean técnicos o artísticos, se deben, no a una actividad frenética sino a una profunda reflexión e introspección, lo cual es posible si se tiene tranquilidad.
Sobre la lectura: todo líder está obligado a leer al menos 30 minutos diarios, tu vida experimentará un cambio profundo. En los libros están las respuestas a todos los problemas a los que te has enfrentado a lo largo de tu vida. Si quieres ser un líder, un pensador, un padre o un mejor jugador de golf puedes estar seguro de que hay un libro que te ayudará a alcanzar tu objetivo. Todos los errores que vayas a cometer en tu vida ya los cometieron los que te precedieron en su paso por la Tierra. Recuerda, sin embargo, que lo que saques de los libros no será lo que marque las diferencias.
Sobre el principio de asociación: la clase de líder y persona que serás dentro de cinco años se deberá a dos influencias fundamentales: los libros que leas y la gente con la que te he asocies.
Sobre los podcast: Ponte como objetivo oír al menos un libro grabado en una cinta o un podcast a la semana.
Sobre la salud: para ser un gran líder necesitas tener un gran rendimiento. Para ello necesita tener vigor, energía y voluntad, lo que se logra estando en magníficas condiciones físicas. Debes hacer ejercicio periódicamente y comer bien si quieres triunfar. Una hora de ejercicio te añade y tres horas de vida. La persona que no tiene tiempo para hacer ejercicio deberá en su momento tener tiempo para la enfermedad. Sigue una dieta que favorezca el máximo rendimiento. Come más verduras y frutas. Bebe más agua. Reduce la cantidad de alimentos que ingieres ya que muchos de nosotros comemos mucho más de lo que necesitamos.
- Robin Sharma, Las 8 claves del monje que vendió su Ferrari
En ciencias se dice que la solución a un problema siempre debe buscarse empezando por la más sencilla.
Utilizar siempre el mayor tiempo en los asuntos de mayor rentabilidad. Yo he llegado a ver al director de una empresa cambiando un enchufe. Simplemente puede parecer una anécdota, pero, en realidad, casi siempre situaciones parecidas indican que el director no se enfrenta cara a cara a sus tareas y que empieza a dilatar las decisiones, por lo que en realidad lo que está buscando una forma de distraerse y dejar de hacer aquello que si tiene que hacer. Nadie paga un sueldo de director a alguien para que cambie un enchufe.
La ley de la intención decreciente dice que cuanto más esperas para ejecutar una idea, o estrategias nuevas, menos entusiasmo sentirás porque ella. Creo que todos los que han trabajado en el mundo empresarial han salido alguna vez corriendo de un seminario sobre la motivación, llenos de ideas que iban a cambiar sus vidas. Pero luego, a las exigencias de cada día reclaman nuestra atención y todas nuestras buenas intenciones y nuestras promesas de cambio se dejarán de lado. Y cuanto más trabas ponemos menos probabilidades habrá de que las cumplamos. De modo que lo que hay que aprender es que debemos poner en práctica cada día tal o cual estrategia antes de que se muera y se lleve con ella a nuestra visión de futuro.
- Robin Sharma, Las 8 claves del monje que vendió su Ferrari
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