En la «empresa chicle» los directivos son puros ejecutores que recogen el recado de su consejero delegado y lo aplican, sin implicar en el proceso a su propio cerebro, qué decir de su alma. Pasar años en este tipo de organizaciones chicle es demoledor para cualquier carrera profesional. Al final, donde había una persona hay parte de una masa, donde había talento hay un chico de los recados, donde había creatividad hay miedo: y, esto, si un día te quedas en la calle, es muy difícil de reconducir. ¿Cuántos ejecutivos con quince años de experiencia en una «empresa chicle» son incapaces en la actualidad de encontrar un trabajo? Muchos. ¿El motivo? Nadie contrata un cachito del Barcelona o del Real Madrid, todos quieren a Messi o a Cristiano Ronaldo.
EL SÉNECA 163
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Desarrollo continuado frente a obsolescencia. La necesidad de crecer constantemente.
Importante que la empresa involucre a la gente en las decisiones importantes , empezando por el equipo directivo.
La función de un directivo es pensar y aportar valor a la empresa. Si aplicamos lo que se nos dice, ¿qué somos? Meros administrativos. La evolución y la mejora se consigue dándole vueltas a las cosas y no conformándonos con lo que ya tenemos.