Pensando en equipo directivo

EL SÉNECA 169

Aquel hombre tenía sólo una cantidad limitada de petróleo para mantener encendida la luz del faro y evitar así que los barcos próximos a la costa encallasen en que los arrecifes. Una noche, un anciano vecino suyo necesitaba petróleo para alumbrar su casa, de modo que el farero le dio un poco. Otra noche, un viajero le pidió petróleo para su lámpara, y poder por seguir así su viaje. El farero accedió también a su petición y le dio el petróleo que necesitaba. A la noche siguiente, lo despertaron los golpes que una Madre daba en la puerta. Le pidió petróleo para iluminar la casa y preparar la comida de su familia. También se lo digo. Poco después se quedó sin petróleo y el faro se apagó. Muchos barcos embarrancaron y se perdieron muchas vidas porque el farero se olvidó de su prioridad porque dejo de lado su obligación fundamental y pago por ello un precio muy alto.

3 comentarios

  1. Jon Angulo

    ¿Salvar a uno o salvar a todos?¿Cortar una rama o tener que talar el arbolo?
    Despedir es duro, pero casi siempre se hace para que el resto del colectivo viva.

  2. Maite Malaxetxebarria

    Tenemos que saber que es lo prioritario y conocer las consecuencias. Priorizar lo que corresponda aunque en el camino haya que tomar acciones y decisiones difíciles y no tan populares.

  3. Eduardo Cuenca

    Hay que tener claras las prioridades y hay que saber decir no cuando realmente proceda. Como se suele decir, más vale ponerse colorado una vez, que ciento amarillo.

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