La experiencia de nuestra vida nos va estrechando la mira. Para un niño todo es nuevo y todo le sorprende, por eso, son capaces de pintar perros volando o mares de color rosa. Al crecer, la sociedad, la familia, el entorno en general, y las experiencias propias,hacen que todos veamos desde un mismo patrón. Cada cierto tiempo, sale alguien que es capaz de ver las cosas de diferente manera, se les llama genios.
Los niños sueñan, los adultos muchas veces están ya condicionados por su historia para poder soñar, para no poner límites a lo que puede ser o hacerse.
A veces es conveniente tratar de ver las cosas como un niño, sin límites a la imaginación, para poder aspirar a hacer cosas que a priori, desde nuestra óptica de adultos, parecen imposibles.
Mi reflexión es tan sencilla como la ilustración: Deberíamos pasar más tiempo jugando con nuestros hijos, simplemente observándoles y admirando su capacidad para inventar cosas. Quizá pueda parecer complicado llevar esa «irracional» creatividad a la racionalidad del negocio pero más allá de la idea hay otro motivo aún mayor, la ilusión con la que la viven.
Las ideas de los niños no están condicionadas por su pasado. Todo es posible para ellos puesto que carecen de experiencias que les puedan frustar sus ideas. A medida que no hacemos adultos todas las vivencias que hemos tenido nos condicionan a la hora de tomar decisiones, de imaginar nuevos métodos, nuevas ideas… Para resolver un problema, para afrontar un nuevo proyecto, no debemos dejarnos condicionar por nuestro pasado. Hay que aprender de él pero no que sirva de freno.
En una jornada que tuvimos del design thinking nos hicieron pintar una casa, luego una segunda casa y finalmente un tercera. La gran mayoria de los asistentes las dos primeras casas dibujamos igual. Seguro que te puedes imaginar cuales eran.
Mis hijos de momento no pintan estas dos casas, puede ser que todavia no se hayan amoldado del todo o tambien que todavia no dibujen muy bien. Prefiero pensar que es el primero.
Las decisiones que tomamos están basadas en nuestra experiencia, lo que nos han inculcado desde pequeños y lo que la sociedad nos marca. Esto nos limita a la hora de pensar a lo grande y crear cosas nuevas sin prejuicios. Muchas veces deberíamos dar unos pasos hacia atrás y ver las cosas desde otra perspectiva. Nosotros mismos nos ponemos los peros sin empezar a buscar alternativas a lo que tenemos.
Con el paso de los años, nuestro pensamiento esta cada vez mas limitado por pensamientos limitantes fruto de nuestra educación, cultura, formación….
deberíamos cuestionarnos mas las cosas, pensar como niños, y no hacer las cosas siempre igual que las hemos hecho. Cuestionarnos mas las cosas.
La experiencia de nuestra vida nos va estrechando la mira. Para un niño todo es nuevo y todo le sorprende, por eso, son capaces de pintar perros volando o mares de color rosa. Al crecer, la sociedad, la familia, el entorno en general, y las experiencias propias,hacen que todos veamos desde un mismo patrón. Cada cierto tiempo, sale alguien que es capaz de ver las cosas de diferente manera, se les llama genios.
Los niños sueñan, los adultos muchas veces están ya condicionados por su historia para poder soñar, para no poner límites a lo que puede ser o hacerse.
A veces es conveniente tratar de ver las cosas como un niño, sin límites a la imaginación, para poder aspirar a hacer cosas que a priori, desde nuestra óptica de adultos, parecen imposibles.
Mi reflexión es tan sencilla como la ilustración: Deberíamos pasar más tiempo jugando con nuestros hijos, simplemente observándoles y admirando su capacidad para inventar cosas. Quizá pueda parecer complicado llevar esa «irracional» creatividad a la racionalidad del negocio pero más allá de la idea hay otro motivo aún mayor, la ilusión con la que la viven.
Las ideas de los niños no están condicionadas por su pasado. Todo es posible para ellos puesto que carecen de experiencias que les puedan frustar sus ideas. A medida que no hacemos adultos todas las vivencias que hemos tenido nos condicionan a la hora de tomar decisiones, de imaginar nuevos métodos, nuevas ideas… Para resolver un problema, para afrontar un nuevo proyecto, no debemos dejarnos condicionar por nuestro pasado. Hay que aprender de él pero no que sirva de freno.
En una jornada que tuvimos del design thinking nos hicieron pintar una casa, luego una segunda casa y finalmente un tercera. La gran mayoria de los asistentes las dos primeras casas dibujamos igual. Seguro que te puedes imaginar cuales eran.
Mis hijos de momento no pintan estas dos casas, puede ser que todavia no se hayan amoldado del todo o tambien que todavia no dibujen muy bien. Prefiero pensar que es el primero.
Las decisiones que tomamos están basadas en nuestra experiencia, lo que nos han inculcado desde pequeños y lo que la sociedad nos marca. Esto nos limita a la hora de pensar a lo grande y crear cosas nuevas sin prejuicios. Muchas veces deberíamos dar unos pasos hacia atrás y ver las cosas desde otra perspectiva. Nosotros mismos nos ponemos los peros sin empezar a buscar alternativas a lo que tenemos.
Con el paso de los años, nuestro pensamiento esta cada vez mas limitado por pensamientos limitantes fruto de nuestra educación, cultura, formación….
deberíamos cuestionarnos mas las cosas, pensar como niños, y no hacer las cosas siempre igual que las hemos hecho. Cuestionarnos mas las cosas.