El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestro objetivo sea demasiado alto y fallemos a la hora de conseguirlo, sino que es demasiado bajo y lo conseguimos. Michelangelo
EL SENECA 47
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No seas conformista. Cuestiónate las cosas y mejora. Márcate objetivos altos para buscar la excelencia. Lo alcanzable lo hace todo el mundo, busca lo inalcanzable, que aunque no llegues, irás muy por delante de los demás.
Si los objetivos no son altos, no mejoramos apenas, nos quedamos en la zona de confort, no nos retan pues son fáciles de conseguir, nos acomodamos.
Los objetivos altos, aunque no nos logremos, siempre nos llevarán hacia una mejora mayor.
El objetivo tiene que ser retador. Qué mérito tiene conseguir algo fácil? Debemos marcarnos objetivos que nos cueste conseguirlos, que supongan un esfuerzo. Ya solo la dedicación y el esfuerzo que tendremos que hacer para conseguir un objetivo difícil nos habrá servido de aprendizaje aunque no logremos el objetivo. Solo por eso vale, la pena marcarse objetivos ambiciosos.
De todas las características de los objetivos SMART (specific, measurable, achieveable, realistic and time-based) diría que la más importante no está, y es que deben de ser retadores, deben incentivar.
Para mí la clave a la hora de dimensionar objetivo está en el equilibro óptimo entre su carácter retador y su “alcanzabilidad”. SI no se alcanza, es verdad que se puede estar trabajando en el camino adecuado, pero si se convierte en algo recurrente puede generar frustración.
Hay que tener siempre en la cabeza la mejora continua, haciendo las cosas de una forma diferente. Los objetivos deber ser retadores y alcanzables. Los cosas sencillos son fáciles de alcanzar y copiar, por lo que hay que buscar objetivos diferentes y con valor añadido, que la competencia no sea capaz de ofrecer.
Si no tenemos un objetivo retador es difícil que evolucionemos, esto puede hacer que nos bloqueemos que no nos desarrollemos, que no desarrollemos a nuestra gente y tampoco a nuestra empresa o entorno en general.