Dame un empleado del montón pero con una meta y yo te daré un hombre que haga historia. Dame a un hombre excepcional que no tenga metas y yo te daré un empleado del montón. J.C. Penney
EL SENECA 48
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La actitud para todo. La ambición. El querer hacer grandes cosas. Tener claro el rumbo.
Si no tenemos retos ni ilusión, hasta la persona más capacitada de todas no funcionará bien.
Es preferible una persona motivada e ilusionada que rendirá muy por encima de la primera.
Lo de siempre, la diferencia entre aptitud y actitud.
Hay que fijarse un objetivo siempre, algo que queramos conseguir, algo que nos motive todos los días a dar el 100% de nosotros. Si no perseguimos ese objetivo/meta, en qué emplearemos nuestro tiempo? Deambularemos sin rumbo tanto en nuestra vida laboral como personal.
Una meta potente hará que una persona sea mejor trabajador, totalmente de acuerdo.
Es importante tener ambición / ganas a la hora de hacer las cosas y debemos tener claro el objetivo que queremos conseguir para no perdernos por el camino y llegar a buen puerto.
El efecto actitud.
Si:
H=habilidades,
C=Conocimientos,
A=Actitud, con “c”, y
V=Valor generado, entonces:
V= [H+C]xA,
“Las habilidades y los conocimientos suman, pero lo que realmente marca una diferencia en nuestro valor es la actitud, por eso no suma, sino que multiplica”
Las ganas, la motivación, la ilusión hacen que la gente consiga metas insospechadas. La falta de ilusión, de motivación ,…..hace que gente brillante, pase absolutamente desapercibida.
Lo que hace que nos movamos con un efecto multiplicador, no son tanto nuestras capacidades como nuestras ilusiones, y nuestra actitud