Para ver el futuro, una empresa debe ser capaz de escapar de la visión reducida y ortodoxa del negocio al que se dedica, y el producto o servicio que ofrece. Competir para el futuro es competir para crear y dominar las oportunidades que van surgiendo: delimitar el nuevo espacio competitivo, crear nuestro propio mapa de carretera.

Hamel y Prahalad