Dile al Abogado del Diablo de la habitación que se vaya al infierno.

Un Abogado del Diablo autoproclamado se entromete en cada junta y, en el momento en que la decisión final está por concluir,  dice con el ceño fruncido, “Déjenme ser el Abogado del Diablo.” Siempre se van al lado opuesto y discuten hasta ser molestos. Esa persona es la instigadora del manoseo de grupo y la parálisis analítica que asfixia y sofoca cualquier idea original, todo en nombre del mismo pensamiento cuidadoso y conservador. Cualquier idea creativa está en peligro con un Abogado del Diablo en el cuarto. Cuidado.

Diablo IV está en desarrollo por Blizzard Entertainment ...