Mirar siempre hacia adelante, basándonos en la experiencia adquirida. Lo que ayer nos dió dinero no tiene por qué darlo hoy. Necesitamos adaptarnos constantemente a nuevas formas de hacer. A esas formas de hacer que generan dinero futuro, no exclusivamente dinero presente.
Entender que el mercado cambia, y la empresa tiene que ir cambiando sus formas de generar valor.
Renovarse o morir.
El mundo cambia, todo se mueve, y el que no quiera asumirlo, el que quiera seguir haciendo las cosas siempre igual y de igual forma, a la larga morirá, pues siempre hay formas mejores de hacer las cosas, y si nosotros no lo hacemos, otros lo harán y nos superarán.
¡Hay que innovar! No vale hacer siempre lo mismo con los mismos métodos, maquinaria, materiales…, te quedas atrás! Hay que ser inquieto, investigar, probar cosas, pensar de manera diferente, no tener miedo a equivocarse y si te equivocas y te la pegas…, pues te levantas y sigues luchando.
Estamos en un constante cambio y la competencia va muy rápido. Si seguimos haciendo lo mismo de la misma manera, el resultado será el mismo y no avanzaremos. Tenemos que ser autocríticos y darle una vuelta a lo que hacemos ya que siempre hay campo de mejora. De otra manera nos quedaremos fuera de mercado.
Hay que estar al día en la forma de trabajo, las tecnologías avanzan a mucha velocidad y están disponibles para ayudarnos a hacer el trabajo de otra forma. Y no solo la tecnología. Tenemos que innovar también en la forma de trabajo de cada uno.
Nos cuesta salir de nuestra zona de comfort, precisamente por eso, porque estamos cómodos y el ser humano generalmente busca comodidad y seguridad e la familia, trabajo,… a no ser que pases mucha hambre o tengas auténtica vocación por algo, en cuyo caso lo último en lo que pensarás será en esa zona de comfort y tu obsesión será la mejora, aunque requiera un riesgo y sacrificio.
El modelo intraemprendedor de algunos grupos industriales precisamente buscan que la nueva iniciativa de negocio a lanzar no se acomode en la estructura de la matriz y se “saque las castañas del fuego”, se emancipe desde el minuto 1. Ese hambre despierta el ingenio y nuevas formas de pensamiento creativas.
Mirar siempre hacia adelante, basándonos en la experiencia adquirida. Lo que ayer nos dió dinero no tiene por qué darlo hoy. Necesitamos adaptarnos constantemente a nuevas formas de hacer. A esas formas de hacer que generan dinero futuro, no exclusivamente dinero presente.
Entender que el mercado cambia, y la empresa tiene que ir cambiando sus formas de generar valor.
Renovarse o morir.
El mundo cambia, todo se mueve, y el que no quiera asumirlo, el que quiera seguir haciendo las cosas siempre igual y de igual forma, a la larga morirá, pues siempre hay formas mejores de hacer las cosas, y si nosotros no lo hacemos, otros lo harán y nos superarán.
¡Hay que innovar! No vale hacer siempre lo mismo con los mismos métodos, maquinaria, materiales…, te quedas atrás! Hay que ser inquieto, investigar, probar cosas, pensar de manera diferente, no tener miedo a equivocarse y si te equivocas y te la pegas…, pues te levantas y sigues luchando.
Estamos en un constante cambio y la competencia va muy rápido. Si seguimos haciendo lo mismo de la misma manera, el resultado será el mismo y no avanzaremos. Tenemos que ser autocríticos y darle una vuelta a lo que hacemos ya que siempre hay campo de mejora. De otra manera nos quedaremos fuera de mercado.
Hay que estar al día en la forma de trabajo, las tecnologías avanzan a mucha velocidad y están disponibles para ayudarnos a hacer el trabajo de otra forma. Y no solo la tecnología. Tenemos que innovar también en la forma de trabajo de cada uno.
Nos cuesta salir de nuestra zona de comfort, precisamente por eso, porque estamos cómodos y el ser humano generalmente busca comodidad y seguridad e la familia, trabajo,… a no ser que pases mucha hambre o tengas auténtica vocación por algo, en cuyo caso lo último en lo que pensarás será en esa zona de comfort y tu obsesión será la mejora, aunque requiera un riesgo y sacrificio.
El modelo intraemprendedor de algunos grupos industriales precisamente buscan que la nueva iniciativa de negocio a lanzar no se acomode en la estructura de la matriz y se “saque las castañas del fuego”, se emancipe desde el minuto 1. Ese hambre despierta el ingenio y nuevas formas de pensamiento creativas.