El que quiera apostar a la parte más alta de la pirámide creativa tiene que hacer sacrificios en la vida personal.
Ninguna opción es mejor que otra, lo que sí es importante decidir es a qué se quiere jugar en la vida, sabiendo que cada alternativa tiene un precio, y cuanto más alto se apunta, más precio hay que pagar. A la hora de fijar nuestras metas sólo hay que hacerse esta pregunta: ¿Estoy o no estoy dispuesto a pagar el precio? Nuestro tenista más internacional, Rafa Nadal, después de llegar a número uno del mundo hacía estas declaraciones en un medio de comunicación: «Todavía a día de hoy me sigue pareciendo excesivo lo que mi tío Toni me exigía de pequeño». Parece que cuando uno llega al primer puesto del escalafón todo esfuerzo está justificado. A pesar de ello, el tenista de Manacor sigue diciendo que le parece excesivo lo que su tío y entrenador le exigía de pequeño, lo cual es indicativo de lo que ha sufrido por el camino para llegar donde ha llegado.
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