Pensando en equipo directivo

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DAR PASOS

En las enfermedades del espíritu leves, el médico ensaya ante todo ligeras variaciones en el régimen ordinario, regula el orden de comidas, de bebidas, de ejercicios, y procura robustecer la salud cambiando solamente la manera de vivir; en seguida observa la eficacia del régimen, y si no responde suprime o cercena algo; si tampoco eso produce resultados, prohíbe toda comida y alivia al cuerpo con la dieta; si todos estos cuidados son inútiles, hiere la vena y pone mano en los miembros que podrían corromper las partes inmediatas y propagar el contagio (…) Así también, el depositario de las leyes, el jefe de una ciudad, deberá, por cuanto tiempo pueda, no emplear en el tratamiento de los espíritus otra cosa que palabras, y éstas blandas, que les persuadan de sus deberes, ganen los corazones al amor de lo justo y de lo honesto, y les hagan comprender el horror al vicio y el valor de la virtud; enseguida empleará lenguaje más severo, que sea advertencia y reprensión; después acudirá a los castigos, pero éstos leves y revocables, no aplicando los últimos suplicios más que a los crímenes enormes, con objeto de que nadie muera sino aquel que, muriendo, tiene interés en morir. (Séneca, De la ira)

Del libro: Gestión de incompetentes

RESPONSABILIDAD

Bocado de realidad. En una ocasión —comentaba un alto cargo del IESE— pregunté a Antonio sobre un asunto de mi responsabilidad, trasladándole mi inquietud sobre qué debía hacer. Valero no entró en el asunto, sólo me dijo: Es tu responsabilidad. Tú verás qué hay que hacer. Por algo eres directivo. Si tuviera que decidir yo, me bastaría con un ejército de secretarias para dirigir el IESE. Y volvió la mirada otra vez hacia su mesa de trabajo.

Era final del día. Me fui enseguida a casa. En el trayecto me asaltaban pensamientos airados. Pensaba al día siguiente decirle que no podía tratarme así y presentar mi dimisión. En casa me calmé. Al día siguiente su trato conmigo fue más cordial que nunca. Comprendí entonces cuánta razón tenía en lo que había dicho, y cambié de actitud. Nunca olvidaré esa lección profesional de menos de un minuto.

Del libro: Gestión de incompetentes

PASIÓN

Es condenadamente difícil competir con alguien que disfruta con lo que hacer. Steve Pavlina
Si dejo de cobrar por hacer algo que me gusta, tendré que empezar a hacer algo que no me gusta para poder cobrar. Fernando Savater

EL SÉNECA 140

Los objetivos cumplidos deben finalizar en un proceso de reconocimiento que discrimine a los que lo cumplen y a los que no. Es evidente que nadie te premiaría por cumplir tus funciones.

Del libro: Desmotivados = Improductivos

GRANDE O PEQUEÑO

Ser grande o pequeño no es tanto cuestión de tamaño como de mentalidad. Muchas pequeñas empresas se gestionan con espíritu de grandes, y algunas grandes conducen a su gente como si de algo pequeño se tratara.

Del Libro: Gestión de incompetentes

PROVEEDORES

Hay empresas que hacen de la relación con los proveedores una parte fundamental de su cultura. Para algunos, los proveedores son socios; para otros, son presas que exprimir. No es lo mismo ser socio que depredador. Algunas empresas utilizan su capacidad de compra para llevar a los proveedores más allá de sus posibilidades. Les dejan el aire justo para no ahogarse. Basan una parte de su beneficio en la falta de beneficio de su proveedor. Cuando hay necesidad de innovar o cuando hay necesidad de incrementar la agilidad, se encuentran a su proveedor derrotado, sin capacidad de reaccionar y, lo que es peor, con miedo. Algunos jefes de compra entienden su trabajo como si de una cadena de maltrato se tratara. No solamente aprietan en los precios, sino que hacen sentir a los demás insignificantes, prescindibles y frágiles.

Xavier Marcet

EL SÉNECA 139

El relato de la innovación tiene su poética en números, ya sea de la
cuenta de explotación (¿Qué porcentaje de ingresos en la cuenta de explotación corresponde a productos y servicios que hace dos años no existían?) o en el número de usuarios que perciben más valor. En innovación, obras son amores.

Del libro: Esquivar la mediocridad

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