Trabajar no es solamente echar unas horas. Trabajar es dar resultados de acuerdo con una función corporativa, es adaptarse y es aprender. El management humanista procura que trabajar forme parte de la vida plena de las personas, que la vida en mayúsculas no sea solamente lo que pasa fuera de nuestras profesiones.
Una vida profesional plena tiene el aprendizaje como hilo conductor. Hay algo que resulta fundamental, en la competencia profesional, la capacidad de aprender, la capacidad de operativizar lo aprendido y la capacidad de desaprender.
En un mundo donde la configuración de las empresas cambia, en el que el trabajo conlleva cambios más frecuentes y en el que la tecnología nos reta constantemente en la carrera por aportar valor, las empresas deben ser verdaderos ecosistemas de aprendizaje. Todo ello no es posible con profesionales estancados. La evolución de una empresa es la evolución de su gente.
Del libro: Management humanista
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