La ley de la intención decreciente dice que cuanto más esperas para ejecutar una idea, o estrategias nuevas, menos entusiasmo sentirás porque ella. Creo que todos los que han trabajado en el mundo empresarial han salido alguna vez corriendo de un seminario sobre la motivación, llenos de ideas que iban a cambiar sus vidas. Pero luego, a las exigencias de cada día reclaman nuestra atención y todas nuestras buenas intenciones y nuestras promesas de cambio se dejarán de lado. Y cuanto más trabas ponemos menos probabilidades habrá de que las cumplamos. De modo que lo que hay que aprender es que debemos poner en práctica cada día tal o cual estrategia antes de que se muera y se lleve con ella a nuestra visión de futuro.

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