Saber negar. No todo se ha de conceder, ni a todos. Tanto importa saber negar como conceder, y en los que mandan es prudencia necesaria. Y aquí interviene la forma; más se estima el no de algunos que el sí de otros, por que un no dorado satisface más que un sí a secas. El no y el sí son breves de decir y piden mucho pensar. Baltasar Gracián
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