Todo preparado. Soldados, armas, munición, camiones. Todo dispuesto para ir al frente. “Sí, mi comandante, todo preparado.” Y el comandante me pregunta: “¿Podría decirme por dónde atacará el enemigo?”. Si ante esta pregunta mi respuesta es: “No he tenido tiempo para
pensarlo porque he estado muy ocupado organizando a los soldados y preparando munición y transporte”, la probabilidad de perder la batalla es alta. En la guerra, si no preveo, si no reflexiono sobre la reacción del enemigo ante nuestros movimientos, sobre qué capacidad
tiene, la probabilidad de derrota es muy alta, incluso aunque haya hecho un gran trabajo, juntado y preparado a los soldados, conseguido munición y transporte.

Del libro: Enamorarse del futuro