Pensando en equipo directivo

Categoría: Sin categoría (Página 12 de 36)

LIDERAR

Según Jack Welch, «en un entorno en el que hemos de obtener todas las buenas ideas que tengan los hombres y mujeres de la organización, no podemos permitirnos unos estilos de gestión y dirección que supriman e intimiden.»

Lao Tse aseguraba: «El mejor soldado jamás ataca. El luchador superior triunfa sin violencia. El conquistador más grande vence sin combate. El directo más eficaz dirige sin imponer. A eso se le llama ecuanimidad inteligente; a eso se le llama conocimiento de los hombres.»

ACCIÓN

Merece la pena recordar que en las organizaciones, según diversos estudios empíricos, tan solo el 10% de las estrategias se implantan con éxito. El papel lo aguanta todo. EL reto está en hacer algo de lo que se ha anunciado, el paso del discurso a la práctica.

Del libro: Patologías de las organizaciones

PLANIFICAR

Nunca comiences un día hasta que no lo termines en papel». La persona promedio no planifica y va haciendo cosas sobre la marcha según va viendo; la persona de éxito, por el contrario, establece una lista de prioridades y las ordena en función de las que aportan mayor valor para inmediatamente ponerse con la primera de ellas.

Jim Rohn

SENCILLEZ

Los directivos inseguros crean la complejidad. Los directivos asustados y nerviosos utilizan libros de planificación muy gruesos y complicados, y diapositivas llenas de todo lo que han aprendido desde su infancia. Los líderes de verdad no necesitan confundir. La gente debe tener la confianza en sí misma para ser clara, precisa y estar segura de que cada persona en su organización entiende cuál es el objetivo básico del negocio. Pero no es fácil. Es increíble lo difícil que es ser simple para la gente; cuánto miedo le da ser sencilla. Les preocupa el hecho de que si son simples los demás pueden pensar que son tontos. En realidad, claro está, es justo al revés. La gente con la mente más clara y preparada es la más simple».

Jack Welch

EXCESO DE CONFIANZA

El sesgo de exceso de confianza es la tendencia a sobreestimar nuestras habilidades y talento, creyendo que somos mejores de lo que realmente somos.

 
Si la falta de confianza de los miembros de tu equipo puede representar un problema y, por ello, debemos intentar construir confianza con y entre las personas con las que interactuamos, dentro y fuera de la organización, el exceso de confianza no es tan solo un problema, sino que puede convertirse en nuestro mayor enemigo a la hora de desarrollar nuestra mentalidad de líder.

 
Debido a lo habitual de este sesgo en todos nosotros, la mayoría creemos no estar afectados por un exceso de confianza, más bien tendemos a pensar que en nuestro caso es todo lo contrario; sin embargo, los trabajos de investigación nos muestran que no es así.

 
Como seres humanos, nos gusta sentirnos bien con nosotros mismos. Odiamos sentirnos inferiores a los demás, incluso sentir que somos una persona «promedio». Queremos pensar que estamos por encima de la media para sentirnos lo mejor. El problema es que nos consideramos parte de la minoría que hace las cosas mejor que los demás, incluso cuando somos un desastre en esas cosas.

 
•   El 65 % de los norteamericanos se consideran por encima del promedio mundial en términos de coeficiente intelectual.

•   El 84 % de los franceses creen que son mucho mejores amantes que la media de los ciudadanos del mundo.

•   El 93 % de las personas encuestadas en más de veinte países piensan que son mucho mejores conductores que el promedio.

•   El 87 % de los estudiantes de MBA en Stanford calificaron su rendimiento académico por encima de la media nacional.

 
Como puedes ver, todos nos creemos mejores de lo que realmente somos.

 
Ya seas un estudiante de MBA, un conductor, un amante o el CEO de una empresa, estás afectado por un exceso de confianza en tus habilidades, aunque no lo creas.

Del libro: Liderazgo imperfecto

PRESUPUESTOS 2- EL BOSTON BIG DIG

 
Continuando en el sector de la construcción, el Boston Big Dig es una autopista que atraviesa el corazón de Boston. La planificación de este megaproyecto sufrió del mismo optimismo poco realista que la Ópera de Sídney. El proyecto estaba programado para completarse en 1998, con un coste de dos mil ochocientos millones de dólares. La construcción se completó con ocho años de retraso y un coste de quince mil millones de dólares.

Del libro: Liderazgo imperfecto

« Entradas anteriores Entradas siguientes »

© 2025 EL SENECA

Tema por Anders NorenArriba ↑