Los empresarios chinos también tienen un talento particular. El perfil es particular y distinto al de los emprendedores europeos y latinos. La característica principal es que son trabajadores que no se cansan, con objetivos claros y llevados a postergar la gratificación para lograr las metas.

Mientras la cultura occidental es a corto plazo y consumista, los chinos piensan a largo plazo y son ahorradores. Trabajan mucho y guardan. Es un modo que les permite comenzar desde abajo y crear imperios empresariales.

Ellos saben que el éxito viene de la mano del esfuerzo, de mucho trabajo, por eso cuando comienzan, trabajan con todo su esfuerzo.

Para un chino que apenas llega a otro país, los primeros años son difíciles porque comienzan desde abajo y tienen que esforzarse mucho. Sin embargo,

aun sabiendo que están en la base de la montaña, saben que quieren escalar hasta la cima.

En los primeros años solo se dedican a ahorrar, dejan de lado divertirse y los ratos de ocio. Los chinos son cooperadores entre ellos, crean lazos que permiten que prosperen en escenarios difíciles y apoyan las inversiones a largo plazo.

Estos son unos consejos que puedes utilizar para poder gestionar las finanzas como un chino:

Empezar cuanto antes. Mientras en Occidente se posterga constantemente, los chinos comienzan un negocio sin darle muchas vueltas al asunto.

Hay que hacer uso del desapego, cuando un negocio tiene problemas, simplemente se cambia, se adapta a los cambios, a las tendencias nuevas y a las novedades del entorno y no se insiste en mantener algo que no da frutos.

La competencia es saludable, no es algo que moleste a los chinos, al revés, para ellos es parte del juego, cuando un nicho tiene mucho potencial, entonces todos se lanzan a por él.

Tienen ambición, siempre están buscando expandir los negocios y abrir otros nuevos.

Tienen el personal correcto, ellos prefieren trabajar con personas que tienen cualidades eficientes y compromiso, por eso contratan personas de su nacionalidad porque saben que su cultura les hace ser más autoexigentes.

Pagan como es debido sus impuestos, les gusta que les traten con igualdad por las leyes donde operan, no buscan que les otorguen algún beneficio o régimen especial. Buscan hacer las cosas por la vía legal y con ética porque saben que de este modo los negocios se sostienen.

Los chinos se apoyan unos a otros, prefieren iniciar los negocios con capital que viene de la familia y los amigos, en vez de pagar intereses a las entidades financieras.

Están buscando siempre oportunidades de negocios, cuando un nicho se satura, buscan otros. Así de fácil.