Como product manager me tocó ir a ver al director general para enseñarle el póster de la nueva promoción que íbamos a colocar en los puntos de venta. Recuerdo que el director general me cambió el color del póster. En la siguiente promoción, en vez de decidir el color del póster pedí cinco colores distintos para llevárselos al director general y que escogiera el que le pareciera mejor.

imaginaos a muchos como yo yendo al director general para que decida. El director general haciendo el trabajo que correspondía a otros. Eso no es delegar. Eso no es hacer crecer a tu gente. Al director general le toca hacer aquello que otros no pueden hacer: adquisiciones, alianzas, estrategia, pero no cambiar el color del póster. Cuando eres director general, ya no te toca cambiar el color del póster.


Me gusta pensar que, si no haces crecer a tu gente, es como si la estuvieras engañando. El directivo está obligado a hacer crecer. Haciendo crecer a tu gente creces tú y crece la organización. Si no te gustan las personas, no te dediques al mundo de la empresa. Si no te gusta hacer crecer a las personas, no seas directivo.

Del libro: Enamorarse del futuro